viernes. 29.03.2024
Migración de las Aves planeadoras por el Estrecho de Gibraltar

El espectáculo de migración y descanso de las aves planeadoras desde tu escondite....

El cielo de Los Lances Beach Bulevar es cielo, y un paraíso de reconocimiento mundial en el avistamiento de aves, "Äfrica espera a 14 km...". El Estrecho es paso milenario de millones de aves, ¿qué más decirte? Ah Sí, mira al cielo...
mirador de aves camuflado en los lances beach bulevar
mirador de aves camuflado en los lances beach bulevar


El cielo del Estrecho de Gibraltar está muy vivo. Día y noche. Por aquí cruzan volando cada año 30 millones de aves de diferentes especies (alrededor de 360 spp.) entre Europa y África, y lo hacen dos veces, una prenupcial (paso primaveral) en sentido sur-norte hacia las áreas de cría y otra postnupcial (paso otoñal) en sentido Europa-África tras el periodo de cría para pasar el invierno. El mejor lugar para vivir la experiencia de observar la migración de las aves es el parque natural del Estrecho (Cádiz), uno de los mejores spots del mundo para birdwatching.

 

Migran las aves batidoras o remeras (paseriformes, anátidas, limícolas, etc.) pero fundamentalmente son las aves planeadoras (cigüeñas y rapaces) las que utilizan el brazo de mar (14 kilómetros) que separa ambos continentes por su dependencia de las corrientes de aire caliente que se forman sobre tierra firme. El Estrecho del Bósforo, el de Gibraltar y el de Mesina (Sicilia) son, por ese orden, los tres grandes pasos migratorios del planeta a través de estrechos, además del Canal de Panamá (el más importante en cifras aunque aquí lo hacen sin apenas cruzar mar).

Las aves remeras avanzan batiendo las alas y pueden recorrer grandes distancias sobre el mar (migradores de frente amplio), no obstante prefieren no separarse demasiado de tierra y utilizan por ello las zonas cercanas al Estrecho. Planeadoras y remeras juntan sus intereses migratorios en El Estrecho. Las diferentes especies migradoras tienen además una fenología particular y sus propios periodos de cruce, solapándose unas con otras en un mismo paso migratorio (pre o postnupcial) e incluso las más tempranas de la prenupcial con las postnupciales más tardías o las primeras del paso otoñal con las últimas que llegan a Europa para criar… se puede afirmar que durante casi todo el año el cielo del Estrecho es un paraíso ornitológico.


El paso primaveral va de febrero a primeros de mayo con máxima concentración en marzo y abril, pero el paso más vistoso y espectacular es sin duda el de las aves planeadoras y especialmente en su migración postnupcial. De julio a octubre el cielo del Estrecho se cubre literalmente de aves  que buscan la puerta de salida llamada Tarifa. La ciudad del viento es también el punto más próximo a África, y las aves planeadoras lo saben bien pues el éxito del viaje se debe en buena medida al cruce del Estrecho. Dado que su forma de vuelo depende de las corrientes térmicas que solo se producen sobre superficie terrestre, a la hora de cambiar de continente en su agotador viaje, cuanto menos agua mejor…

Entre las especies más espectaculares para observar la migración se encuentran sin duda las cigüeñas blancas, los milanos negros y los abejeros europeos, que lo hacen de día y por decenas de miles comandando hasta una treintena de aves planeadoras entre ambas cigüeñas (blanca y negra) y diferentes rapaces. El parque natural del Estrecho, no puede suponer mejor escenario para completar el espectáculo.


Milanos negros en cruce
La migración postnupcial de las aves planeadoras

Bando de cigüeñas blancas en migración
La migración postnupcial de las aves planeadoras es muy especial para mi. En lo personal tiene connotaciones muy emotivas, cuando pasé cinco años a finales de los 90 estudiando cada verano este paso migratorio. Eran las campañas de estudio que se realizaban desde la Universidad Complutense de Madrid y el Ayuntamiento de Tarifa. La Estación Ornitológica de Tarifa era mi hogar y el de varios compañeros de carrera, que pasamos en aquellos inolvidables meses de verano, una experiencia inolvidable. Mágicos recuerdos. Y he regresado en años posteriores, claro; hay vicios que no se pueden dejar…

Mirando al cielo
Cada jornada de migración postnupcial comienza temprano, hay que madrugar mucho si queremos ver a las grandes aves planeadoras antes de que levanten el vuelo pues los primeros bandos en paso vienen de las zonas donde habitualmente descansan la noche anterior. La Janda y Doñana son los enclaves más conectados con la migración postnupcial. Allí acuden para reponer fuerzas y alimentarse antes del delicado momento de sobrevolar el mar. A media tarde cesan los cruces pues las corrientes térmicas decaen y las aves prefieren esperar a la mañana siguiente. Los bandos que van llegando desde el norte a las inmediaciones del Estrecho por la tarde se congregan también en estas zonas de descanso. Del mismo modo, en las jornadas de viento muy fuerte las aves pueden incluso interrumpir su viaje a la espera de que amaine (cuanto menos riesgo mejor), pudiendo realizar varios intentos de cruce y desistir si es preciso hasta tener mejores condiciones. Bandos de intentos fallidos se unen a las que llegan en las últimas horas de la tarde y al día siguiente comenzarán a levantarse más o menos a la vez para formar los bandos más grandes posibles y unir fuerzas y protección viajeras. Las cigüeñas forman bandos compactos mientras que las rapaces vuelan en grupos más abiertos, más o menos en fila.

El tamaño de los bandos en el caso de las cigüeñas blancas es variable, desde grupitos pequeños de 30-40 aves, a medianos de unos pocos cientos o grandes de miles. Un día de primeros de agosto del último año de aquellas campañas de migración, a media mañana, esperábamos un buen grupo de cigüeñas resultado de varios días de viento fuerte. Intuíamos uno de esos días grandes de migración. Y el bando llegó, visible a muchos kilómetros de distancia. Lo que parecía ser en la lejanía una nube de mosquitos que avanzaba poco a poco, de térmica en térmica para luego deslizarse en fila y volver a compactarse en la siguiente corriente de aire caliente, fue tomando forma hasta convertirse en un bando de ¡¡ 12.500 cigüeñas !! Una de las visiones más brutales de mi vida ornitológica… Imposible olvidar aquella mañana junto a la duna de Valdevaqueros, donde ese día teníamos ubicado el primer puesto de observación. Recuerdo la emoción al avanzar la noticia por walkie talkie a mis compañeros de puestos posteriores lo que se les venía encima… No tengo el dato, pero dudo que se haya formado un bando de tal tamaño en la historia documentada de paso migratorio postnupcial de cigüeña blanca. Es probable que el 10-15% de las cigüeñas blancas que cruzaron el Estrecho aquel año lo hicieran en ese bando que, literalmente, tapó el sol sobre mi cabeza.

Pero antes de que levanten el vuelo las más madrugadoras, os recomiendo acercaros a primera hora (amanecer) a La Janda; sus campos de arroz son un imán para aves que como he comentado están descansando y otras que utilizan este enclave (la que en su momento fue la segunda laguna más grande de Europa) para alimentarse. Garzas reales e imperiales, garcillas bueyeras, garcetas comunes, martinetes, cangrejeras, espátulas, flamencos, moritos, rapaces de muchas especies…

A partir de las 10 horas aproximadamente la cita está en alguno de los puestos de observación. En el paso postnupcial los vientos dominantes de Levante hacen que la mayoría de las aves migren en sentido SE, de forma que los mejores observatorios son: alto de Facinas, alto de Bolonia, Valdevaqueros, Valle del Santuario (La Peña) y Tarifa y el movimientos de los bandos suele coincidir con la vertical de la N-340, cuyo asfalto produce buenas térmicas.


Prismático en mano hay que escudriñar el cielo (la presencia de algunas nubes siempre ayuda) en busca de las diferentes especies. Y así podéis pasar horas (viendo cigüeñas, milanos, abejeros, vencejos, abejarucos, etc.). Os recomiendo centraros en la mañana, hasta la hora de comer. A medida que avanza la jornada vespertina el ritmo de cruce disminuye, aunque siempre puede aparecer un bando sorpresa que anime la tarde…

El espectáculo de migración y descanso de las aves planeadoras desde tu escondite....